Los hombres no se sonrojan

Ignacio es un hombre de mediana edad que nunca ha encajado en los roles tradicionales de la masculinidad, y esa falta de encaje siempre le ha pesado y le ha generado un conflicto interno que no termina de superar. Tras superar una enfermedad, una tarde mundana cocinando se transforma en un viaje existencial épico. Al contemplar un tomate, su mente se sumerge en otra dimensión y se encuentra a caballo entre vidas paralelas: una como un desilusionado payaso, la otra como un carismático gurú de la autoayuda. Cuando Sasha llega para cenar, algo en Ignacio ha cambiado para siempre. 

Un espectáculo unipersonal muy divertido, que nos invita a redefinir, los limites de nuestra identidad, más allá de los roles que nos definen.